Freitag, 4. September 2015

Mi novia y la Nueva Era

Al día de hoy llevo tres meses de noviazgo con Majeaux Mará, con quien me he sentido muy amado y afortunado. Ella y yo nos conocimos por internet hace casi siete meses, a finales de enero. Una de las cosas que siempre he buscado en una mujer es que sea católica, y entre más practicante mejor. Inicialmente creí que Majeaux era practicante, o al menos que lo hace con gusto. Pero poco a poco, todo este tiempo, me he dado cuenta que ella se ha ido sumergiendo en las tenebrosas profundidades de la Nueva Era, lo cual me disgusta del todo y cada vez más me da miedo perderla.

Su mamá falleció hace casi un año. No tuve la fortuna de conocer a su mamá, pero por lo que me ha contado mi novia, ella fue una mujer de una gran fe. Demasiada. Me hubiese gustado haberla conocido. Cómo me encantaría que mi novia compartiese esa pasión por Jesucristo, que se acercara con piedad a los pies de Nuestra Señora y siempre tuviese presente a los ángeles y a los santos. No pido que sea perfecta, pues yo tampoco lo soy, mucho menos espiritualmente, pero deseo tanto que se acerque más a Dios y conozca la Verdad, el único camino al Cielo.

Ella ha incursionado en clases de belly dance, y ahí fue donde la invitaron a un grupo de yoga. En ese otro lugar ha aprendido sobre las "constelaciones familiares", tu "niño interior" y otras filosofías. Ha aprendido sobre PNL (programación neurolingüística), pero sé que en el mismo lugar donde toma esos cursos también enseñan sobre el tarot. ¡Por Dios!

Al saber este último detalle, me da muchísimo miedo que ella tenga el deseo de conocer sobre este tema. Varias veces que hemos salido juntos he descubierto que le llaman la atención estos temas ocultos. Ella dice que practica yoga para mejorar las posturas. Ella considera como artesanías algunos productos esotéricos. Ella toma como consejos las predicciones y palabras del zodiaco. ¿Y ahora qué sigue?

Mañana tomará un curso, según lo que ella me dice, de PNL de casi ocho horas, y el domingo será igual. Lo que me da pavor es que entre al curso de Tarot, que también será impartido mañana. Ésto lo descubrí porque le dio Like en Facebook hace minutos a una publicación de la mujer cuya casa es usada para estos cursos, quien al parecer impartirá el curso de esta práctica anticristiana.

No digo que mi novia sea un completo caso perdido. En ocasiones me ha comentado que ha tenido la inquietud de saber más sobre la Biblia. Sé que ella no se ha apartado completamente de Dios, ¿pero por qué parece que cada vez más se aleja? Siento que se ha dejado seducir por prácticas paganas, alegorías tontas y sin trascendencia. Reconozco que ella, al igual que todos, tiene una gran necesidad espiritual. Pero veo que ella está buscando esa orientación y sustento en el lugar equivocado. ¿Acaso hay alguien más grande que Dios?

Yo sé muy bien la respuesta, pero yo deseo que ella conozca el camino correcto a la verdadera liberación, a la paz. Yo deseo con tanta pasión que ella se convierta, que experimente un encuentro con Cristo. Que se arrepienta de haber perseguido tantas falsedades de la Nueva Era y que sea firme en su fe. No pido que sea perfecta: Solo pido que se convierta.

Por esta razón mi corazón sufre. Me siento tan triste, desesperado. A veces no sé si nuestra relación durará para siempre, como lo había contemplado. La quiero mucho, bastante, porque con ella me siento amado y ella ha correspondido mis atenciones. Pero me encantaría que compartiésemos una devoción profunda hacia Dios.

Yo quiero salvarla, que con la ayuda del Espíritu Santo se convierta.

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